(Londres, Reino Unido, Agencia EPS) La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, ha dicho el lunes pasado (en el Parlamento) que es "altamente probable" que Rusia esté detrás del ataque contra el ex espía Sergei Skripal y su hija Julia. Pero el gobierno británico no se quedó allí: dos días después se anunció la expulsión del país de 23 diplomáticos rusos identificados como "agentes de inteligencia no declarados". Lo que no trascendió a los medios fue que la primera ministra británica incluyó la difícil situación que vive actualmente James Bond. Totalmente desequilibrado y fuera de sí, el principal espía habría sido víctima “de alguna poderosa droga rusa que lo está haciendo cometer una estupidez tras otra”, señaló May. El gobierno ruso rechaza enfáticamente esta última acusación: “servir una sopita de polonio, vaya y pase, pero lo que le están haciendo a James Bond debería estar penado como crimen de guerra por la Corte Penal Internacional”.