verdura(Rovaniemi, Finlandia, Agencia EPS) Curiosa situación se vivió en esta localidad de la Laponia Finlandesa. Nissan Ferferson, conocido vegano de la ciudad de poco más de 60.000 habitantes, tomó la decisión de ir más allá y convertirse al vegasexualismo. Hasta aquí no habría noticia, salvo por el hecho de que Ferferson no comprendió la consigna y, en lugar de mantener relaciones sexuales sólo con otros veganos (como lo indica la doctrina), dedicó un año de su vida a ejercitar sus capacidades fornicatorias sólo con verduras.

Una década atrás, nos cuenta Nissan, tuvo una epifanía mientras degustaba una Double Bacon Smokehouse Burger en un reconocido local de comidas rápidas de su ciudad natal, Rovaniemi. “Sentí una voz que me decía ‘ninguna vaca quiere ser hamburguesa, Nisan, no seas asesino’. No pude terminar la Double Bacon Smokehouse y me hice vegano”, sentenció.

Después de más de un lustro vegano, solitario y feliz, Ferferson tuvo una nueva revelación. Nuevamente la voz se hizo presente: “el vegasexualismo es tu futuro”, le afirmó. “Sinceramente nunca había escuchado una palabra sobre el vegasexualismo. Le pregunté a la voz qué era eso, pero no me contestó”, señaló el finés.

El lector avezado, a esta altura del artículo, supondrá que Nissan habrá googleado la palabra para saber de qué se trataba, pero no: “¿Usted sabe cuántos animales mueren para que uno pueda hacer una búsqueda en Google? (recibe un gesto negativo) Bueno, yo tampoco, pero supuse que debían ser muchos, así que desistí de buscar en internet. Como mis vecinos tampoco sabían nada, apliqué el sentido común y llegué a la conclusión de que sólo debía tener sexo con vegetables y frutas. Empecé con cosas sencillas: un melocotón, una papaya, para luego entrar en las ligas mayores con calabazas y melones de agua”.

Consultado sobre cómo fue ese año, contestó: “no fue un mal período. Soy una persona solitaria, no muy agraciada, podía tener sexo cuando yo quisiera, un verdadero milagro. Pero lo bueno no suele durar. Cuando el empleado de la tienda me vio comprar la décima calabaza en la semana (tan lejos de Halloween), me preguntó, le conté y entre risas me explicó cómo era realmente el vegasexualismo. Quedé devastado”, confesó.

La historia, triste en su desarrollo, tiene un final menos miserable del que usted, lector perspicaz, pudo imaginar. En efecto, Nissan Ferferson no abandonó su comparativamente mucho más satisfactoria práctica sexual (aunque ya no la llama vegasexualismo). Y se lo vio muy feliz cuando lo acompañamos al mercado para comprar más calabazas, no sin antes pasar por el local de comidas rápidas ubicado más al norte en el mundo en busca de un par de Double Bacon Smokehouse Burger y refrescos grandes.

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