theresa may(Londres, Reino Unido, Agencia EPS) La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, ha dicho el lunes pasado (en el Parlamento) que es "altamente probable" que Rusia esté detrás del ataque contra el ex espía Sergei Skripal y su hija Julia. Pero el gobierno británico no se quedó allí: dos días después se anunció la expulsión del país de 23 diplomáticos rusos identificados como "agentes de inteligencia no declarados". Lo que no trascendió a los medios fue que la primera ministra británica incluyó la difícil situación que vive actualmente James Bond. Totalmente desequilibrado y fuera de sí, el principal espía habría sido víctima “de alguna poderosa droga rusa que lo está haciendo cometer una estupidez tras otra”, señaló May. El gobierno ruso rechaza enfáticamente esta última acusación: “servir una sopita de polonio, vaya y pase, pero lo que le están haciendo a James Bond debería estar penado como crimen de guerra por la Corte Penal Internacional”.

Según pudo saber esta agencia a partir de las declaraciones de la primera ministra May, el famoso agente británico 007 se encontraría viviendo en Uruguay en situaciones deplorables. “Está absolutamente destruido mentalmente, desvaría como nunca lo vi, habla de hijos y suegra cuando nunca se casó y parece más un gallego que un inglés”, señala el documento presentado frente a la cámara de los lores. En otro párrafo de la misma carta, se indica que “esta actitud tan poco profesional y casi escolar de Bond nos hace pensar, sin ningún margen de duda, del envenenamiento que sufrió nuestro agente estrella. Definitivamente se trata de alguna poderosa droga rusa que lo está haciendo cometer una estupidez tras otra”.

Por su parte, el gobierno ruso no hizo esperar su respuesta. En un comunicado divulgado por Russia Today, el Kremlin negó cualquier intervención en Uruguay que afectara al espía británico: “De ninguna manera pudimos haber cometido una atrocidad semejante. Servir una sopita de polonio, vaya y pase, pero lo que le están haciendo a James Bond debería estar penado como crimen de guerra por la Corte Penal Internacional”, concluyó el documento.

Quisimos obtener una entrevista con James Bond en Uruguay, pero la tarea fue imposible porque no pudimos alejarlo del rincón de la pieza donde está viviendo ni del botón de pánico que amenazó pulsar en más de una oportunidad.

Seguiremos informando.




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