ratzinger beato(Ciudad del Vaticano, Agencia EPS) Una congregación católica alemana, con sede en Baviera, se presentó en el día de hoy en la Santa Sede a los efectos de iniciar los trámites que posibiliten la beatificación de Joseph Ratzinger. Es la primera vez, en la historia del cristianismo, en la que se iniciará el proceso de elevar al grado de beato (paso previo a la santificación) a una persona que aún se encuentra viva. Según allegados a la Congregación de los Hermanos Dominicales Ortodoxos (promotora del ascenso celestial), existiría un pequeño vacío legal que permitiría llevar adelante tal gestión.

Entrevistado por nuestra agencia, el Hermano Frederick Schumann (jefe espiritual de la congregación) afirmó que todo se encuentra dentro de los parámetros que permiten iniciar el proceso de beatificación: “muchas personas nos han dicho que nuestra intención es inviable porque el beneficiario aún está vivo. Bueno, eso no es del todo cierto. No que esté vivo, por supuesto (risas), sino que no podamos iniciar los trámites con Ratzinger en esa situación. Que quede claro, nosotros no pretendemos que Benedicto XVI sea declarado beato ya, sólo queremos iniciar los trámites con tiempo”, afirmó.

Consultado sobre el motivo del apuro, Schumann respondió: “Es simple. El Vaticano se encuentra enclavado dentro del estado italiano y, por ósmosis, funcionan prácticamente igual. No estamos descubriendo nada del otro mundo, al decir que la burocracia italiana es de las más impenetrables, urbi et orbi. Pues bien, teniendo en cuenta esos factores, que contamos con todo lo solicitado para que el organismo del Vaticano encargado de estudiar los milagros, martirios y virtudes heroicas trate el tema, y no existiendo ningún reparo legal que impida solicitar la beatificación en vida, es que nos decidimos a transitar por este camino que nos llevará, sin dudas, a elevar a nuestro compatriota Joseph Ratzinger a la altura de beato, cuando ya no esté entre nosotros. Y hasta la canonización, no paramos (se ríe)”.

Acompañamos a los delegados de la Congregación de los Hermanos Dominicales Ortodoxos a la sede central del estado pontificio, pero lamentablemente debieron volver sobre sus pasos con la voluminosa documentación que se iba a presentar (que incluía datos biográficos de Ratzinger, así como también varias fotos muy lindas de su juventud, entre otras cosas), al descubrir que el edificio se encontraba cerrado por estar en el período conocido como “sede vacante”. Lejos de desanimarse, el Hermano Schumann tomó con tranquilidad el hecho: “tenga en cuenta que hace casi 600 años que no renuncia un Papa. Es lógico que no supiéramos que, en ese caso, se cerraba todo (aunque debimos haberlo supuesto, por todo lo que hablamos antes de la burocracia). Pero no hay problema, en cuanto abran volvemos. No perdemos la fe”.

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