Un reciente estudio realizado en 54 ríos y arroyos del Uruguay por la ONG independiente (valga la redundancia) Adam Smith, reveló que en todos ellos se detectó la presencia de rastros de Monóxido de Dihidrógeno, en niveles considerados alarmantes. El hallazgo fue comunicado en conferencia de prensa, donde fue inocultable la preocupación transmitida por integrantes de la organización, con sede en Nueva York, presentes en la misma. "No podemos entender como hablan de Uruguay como un país productivo y, a la vez, convivir con rastros considerables de esta sustancia. Es vergonzoso...”.
El vocero de la ONG para América Latina y el Caribe, el Doctor en Economía Jim Aikon, señaló que realizaron un extenso monitoreo y estudio de las principales vías fluviales del Uruguay durante los años 2011 y 2012, y que, a medida de que los resultados iban apareciendo, la sorpresa e indignación no cesaban de aumentar: “nuestras expectativas eran que los niveles de Monóxido de Dihidrógeno que halláramos fueran insignificantes y sólo en algún arroyo menor de una zona poco poblada. Pero no fue así, la presencia de ese compuesto, tan nocivo para nuestra salud (sobre todo por su inhalación) como para nuestro modo de ver el mundo, fue total. No podemos entender como hablan de Uruguay como un país productivo y, a la vez, convivir con rastros considerables de esta sustancia. Es vergonzoso...”, afirmó.
Sin admitir preguntas de los periodistas presentes, el Dr. Aikon continuó con su exposición: “lo único alentador que encontramos en nuestros estudios, es que cerca de los núcleos urbanos y fabriles, la presencia de esa sustancia disminuye ostensiblemente, generando una moderada expectativa de que, en mediano y largo plazo, la instalación de nuevas empresas a la vera de ríos y arroyos, con la consiguiente concentración de personas, mejore la situación”, sentenció.
Al finalizar la conferencia, todos los presentes recibimos un souvenir de regalo, compuesto de varias botellas de refresco en envases no retornables, pañuelos descartables y pañales desechables, entre otros objetos, todo presentado en una gran bolsa de plástico con la mascota de la ONG dibujada (una mano muy simpática que nos saluda).
Seguiremos informando.
