En la presentación del plan de estudios para el próximo ciclo, la Universidad de Montevideo (a través de su nueva rectora, Mercedes Rovira) anunció la apertura del Departamento de Estudios Intergenéticos (DEI), donde tanto especialistas ya recibidos como estudiantes y profesionales que quieran profundizar en el tema, podrán estudiar las diferentes anomalías de la naturaleza cuyo origen se deban a distorsiones en el ADN, así como también la posibles correcciones que a ese nivel puedan realizarse.
“Estamos dando un gran paso a nivel académico”, señaló Rovira a Librumface, “nos metemos de lleno al siglo XX, lo que no es un tema menor, obvio. Ustedes podrán decir que el proceso evolutivo de la UM es muy lento. Pero si lo miran con la perspectiva de que nuestra universidad forma parte del Uruguay, creo que vamos muy bien”. Después de aclararle a la rectora que seríamos incapaces, de puro bestias nomás, de utilizar juntas las palabras “proceso evolutivo”, le preguntamos sobre la mecánica de trabajo de la flamante área. Nos respondió: “El procedimiento será muy simple: Especialistas, profesionales médicos y estudiantes en general podrán presentar proyectos donde se perciba, más o menos a simple vista, una falla en la evolución genética de un determinado grupo de la naturaleza. Una comisión de especialistas determinará si el caso es pertinente o no, y de aprobarse, se le brindarán al solicitante los recursos técnicos y económicos para su estudio en mayor profundidad, en busca de las posibles soluciones. Pero cuidado; no alcanzará con encontrar, por ejemplo, una oveja negra dentro de un rebaño de ovejas blancas (anomalía que cualquiera puede detectar, obvio). El solicitante deberá contar con los conocimientos necesarios que le permitan ir más allá de la constatación visual, ser capaz de detectar las causas profundas que llevaron a esa nefasta desviación y, fundamentalmente, encontrar las acciones correctivas que sean necesarias a los efectos de reencauzar la marcha de la evolución…”.
Las áreas de investigación son absolutamente abiertas. Según las palabras de la propia Rovira no se pondrán límites para la presentación de posibles trabajos: “En un principio, obvio, todo es válido. Desde las mazorcas de maíz con líneas de granos irregulares, hasta los tréboles de cuatro y cinco hojas, pasando por el homosexualismo, la bisexualidad y el albinismo en ciertas especies, todo puede ser objeto de estudio y, le repito porque es muy importante, de corrección”.
¿Cuáles son las expectativas?
Dejándose llevar por su imaginación, la rectora de la UM nos expresó que su mayor anhelo es dejar por escrito, tanto para la ciencia como para la sociedad toda, los resultados de lo que espera sean decenas de investigaciones sobre el tema: “es mi mayor aspiración que, dentro de unos años, podamos decir que el fruto del esfuerzo de tantas personas sirva como material de referencia en el Uruguay y, ¿por qué no?, en el mundo. Nada me haría más feliz. ¿Cómo se llamaría el libro? No, no había llegado tan lejos, pero es obvio que podría ser, en homenaje al departamento que dará origen a su contenido, La Obra de DEI o algo así. ¿No les parece un buen nombre? Sí, tienen razón, de repente en latín suena mejor...”
